Existen ideas que a fuerza de repetición y repetición, acaban considerándose auténticas verdades sagradas. Y en el mundo de la alimentación no iba a ser distinto. Como es imposible en un texto tan limitado tratar todos los mitos que se escuchan sobre dietas o alimentos, he seleccionado varios de los que suelen surgir más en consulta. Vamos con ejemplos:
“El desayuno es la comida más importante del día”: Porque ayuda a los niños a atender en clase y mejorar el rendimiento y nos ayuda a rendir mejor en el trabajo. Tiene que ser la comida más abundante porque se gasta a lo largo del día. ERROR: Nunca hay que obligar a comer sin apetito. Ni a tus hijos ni a tu propio organismo. Si la alimentación está libre de alimentos refinados, azucarados, procesados… las señales de hambre y saciedad te marcarán la necesidad de comer o no desde por la mañana o empezar más tarde a ingerir alimentos. Ese no será un problema que impida perder peso.
Además, nuestro cuerpo regula la entrada de glucosa en cerebro y torrente sanguíneo por lo que tanto tus hijos como tú vais a poder rendir bien en clase o en el trabajo sin haber desayunado. Desayunar o no vendrá marcado más por nuestra costumbre, pues somos animales de costumbres. Y no existe un desayuno ideal para empezar el día, será bueno aquel que tenga presente una gama de alimentos saludables.
“La mejor forma de perder peso sin pasar hambre es comer 5 veces al día”: Porque si no comes cada 3 horas, tu cuerpo se pone en modo ahorro y comienza a acumular el alimento como grasa y nuestro metabolismo se enlentece. ERROR:
De nuevo hay que repetir algo importante: no forzar a comer sin tener apetito. Tenemos que pasar 48-72 horas sin comer para que el cuerpo disminuya su gasto de energía. Mientras tanto el metabolismo se autoregula ofreciendo energía por medio de la reserva de hidratos de carbono o por la reserva de grasas. Pero si es importante aumentar la frecuencia de ingesta en función de los niveles de ansiedad que provocan el hecho de “ponerse a dieta”. Y si persiste el apetito entre horas, nunca elegir alimentos procesados, inventados por la industria alimentaria: snacks, galletas, cereales de desayuno, barritas, refrescos…pues estos nos provocan niveles de placer que incitarán a nuestro cerebro a comer más y más de mala calidad.
“Comer fruta después de las comidas engorda” o “Comer fruta por la noche engorda” El plátano, las uvas, el aguacate, la chirimoya, el melón engordan y tienen mucho azúcar. ERROR: La franja horaria de consumo de un alimento no aumenta las calorías de dicho alimento. Una fruta tras la comida: su alto aporte de agua y fibra nos hacen sentir más saciado.
Tomar fruta siempre de postre es innecesario, mejor consumirla en el caso que se siga teniendo apetito tras almuerzo o cena.
La fruta es un alimento con muy pocas calorías, mucha agua y fibra además de vitaminas y minerales que enriquecen su valor.
Ciertas frutas están demonizadas por mayor aporte de calorías o por aporte de grasa, pero la diferencia calórica no suele ser mayor de 40 Calorías. Su mayor aporte de nutrientes es de Hidratos de carbono, pero hay que saber diferenciar la calidad de estos hidratos de carbono. Por su aporte de fibra, tienen mayor calidad que cualquier procesado, galleta o bollería.
“Para perder peso no se pueden mezclar alimentos”: Si mezclas proteínas con hidratos de carbono no digieres bien cada alimento y engordas con más facilidad. Las dietas disociadas son muy eficaces porque no se mezclan alimentos, proteínas se digieren en medio ácido e hidratos en medio básico. ERROR: Casi ningún alimento aporta exclusivamente uno de los tres macronutrientes: proteínas, hidratos de carbono o grasas. Se clasifican según el macronutriente más abundante en el alimento. A excepción del aceite que solo contiene grasa.
Cada macronutriente se digiere con una enzima distinta especializada en su división, por lo que comer varios alimentos no limita ni dificulta la digestión.
El mito de alimentos ácidos y básicos no tiene sustento científico pues al ingerir alimentos éstos no tienen capacidad para modificar de forma significativa el pH, que se encuentra en unos márgenes muy controlados. Si puede variar la acidez de la orina.
“Comer con agua engorda” o “Si bebo agua retengo líquidos”. ERROR: El agua no aporta calorías, tan solo el propio H2O y algunos minerales. No existe ningún proceso metabólico por el que beber agua en las comidas favorezca la función de las enzimas u hormonas que se encargan de formar grasa. En el caso de los refrescos sí es posible, pues el aporte extra de azúcares refinados junto con el alimento eleva la insulina, hormona que favorece la lipogénesis o formación de grasa.
Beber agua no retiene líquido, al contrario. Cuando el cuerpo no recibe la hidratación diaria suficiente, activa un mecanismo mediante el cual los riñones recuperan agua que iba a ser expulsada por la orina junto a los desechos para evitar deshidratación. Si este proceso se prolonga en el tiempo, no favorece una correcta relación sodio/potasio/cloruro hídrica ya que no se expulsan con facilidad, provocando formación de edemas.
Consejo de Dietista-Nutricionista: busca fuentes fiables de información. Y si no sabes identificarlas, pide asesoramiento a personal con formación cualificada. El hecho de que escuchemos cosas “de toda la vida” no hace que sean reales y pueden entorpecer el mejor de los objetivos: bienestar corporal, mental y social
Anabella Lara
Dietista-Nutricionista. Col. Nº AND 00445
(Consulta en Fisioterapia Pablo Salazar)
@alaranutricion
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